La aromaterapia es una rama de la fitoterapia, en la cual se estudian, investigan y utilizan las propiedades benefactoras de los aceites esenciales de las plantas para la salud tanto física como mental y emocional.
Se puede decir que es una ciencia y un arte.
Sus aplicaciones datan desde hacen muchos años. Las primeras civilizaciones utilizaban los aromas de algunas plantas tanto en sus ceremonias y rituales religiosos, como en la belleza, higiene y salud.
Se sabe de ello a través de descubrimientos varios en las tumbas, y otros hallazgos.
Se fue avanzando en el uso y la aplicación de acuerdo a los conocimientos que se fueron adquiriendo, a las distintas creencias y a los descubrimientos científicos y tecnológicos.
Desde los rituales primitivos para elevar conciencia y llegar a estados de trance hasta los perfumes, la cosmética, y la utilización actual en forma de compresas, hornillo, vahos, baños de inmersión, perfumes personalizados, y masajes, la aromaterapia ha estado siempre presente en la vida del hombre.
En una época en que se le dio privilegio a los químicos fabricados por el hombre a partir de las plantas, se relegó el uso de los aceites esenciales, de la misma manera en que se fue dejando de lado el uso de las hierbas para uso medicinal.
Actualmente, se está retornando a la naturaleza, debido a la necesidad del hombre actual de minimizar los efectos secundarios de los productos elaborados sintéticamente.
La aromaterapia es entonces una aliada muy importante en tratamientos de relajación.
Yo he encontrado que tanto los sonidos como los aromas pueden brindar un aporte magnífico en los tratamientos antiestrés. Ambos participan en el delicado proceso de conectar a las personas con su vida interior, pacifican, calman, y brindan beneficios múltiples en todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual.
