miércoles, 28 de octubre de 2015

El dolor y el placer

De mi libro "El dolor y el placer "

..."En las terapias de sonido, aprendemos que el sonido tiene tanta importancia como el silencio. Luego de haber participado de una sesión de sonidos ya sea un baño sonoro, un concierto o una meditación...queda el silencio. El silencio es tan necesario como el sonido. Ninguno de los dos puede ser constante. Es en el silencio donde nos encontramos recogiendo las sensaciones que recibimos mientras percibíamos el sonido. Al igual que es en el placer donde quedan resonando las enseñanzas del dolor..."

En la vida atravesamos momentos de felicidad y placer extremos y otros de mucho dolor casi insoportable. Si examinamos esta comparación que hice entre el sonido que vibra en nosotros, que si bien, es placentero y armonizador, muchas veces también nos moviliza, nos moviliza a tal punto que aparecen recuerdos muy dolorosos, porque se produce una suerte de mudanza en nuestro interior, un cambio de muebles, una limpieza profunda donde a veces es necesario arrojar mucha basura, o donde hay que cambiar de lugar lo que había, darle otro sitio, mayor o menor categoría en nuestra "casa" y entonces, después de semejante movimiento...viene el silencio, donde una vez cambiado todo y eliminado lo inservible, nos quedamos con la vibración pura, el amor, la sabiduría interior. El deseo de hacer cambios en nuestra vida, para disfrutarla mejor, para estar mas conscientes y vivir más el presente. Por eso es que al silencio lo comparé con el placer, porque se disfruta con mayor intensidad después de haber vibrado al máximo en la energía del dolor. Viendo al dolor como un maestro, y al placer como un premio por lo aprendido.



sábado, 24 de octubre de 2015

Nuestras catástrofes interiores

Hoy me puse a reflexionar sobre el tema de las catástrofes que se observan en cada punto del planeta.
Terremotos, tsunamis, huracanes, accidentes viales, guerras, hambre, tormentas, epidemias etc.
Y relacioné estas calamidades con nuestras propias catástrofes interiores. Esos momentos que todos pasamos en los  que como dice el dicho "lo que no te mata, te fortalece", o sobrevivimos, saliendo muy fortalecidos y habiendo aprendido muchas cosas de  valor, o nos sumergimos en una profunda depresión que nos destruye.
De acuerdo a nuestra personalidad, podemos ser más abiertos, más receptivos al aprendizaje, más humildes ante la situación o podemos estar a la defensiva, con resentimiento, una gran angustia y pocos deseos de salir adelante.
Es entonces cuando la resiliencia cobra protagonismo, esa capacidad de sobrellevar lo más difícil, siendo capaces de renacer como el ave fénix. 
Para cada uno de nosotros, hay distintas catástrofes: una enfermedad grave, la muerte de seres queridos, la falta de amor y el abandono, el maltrato físico o verbal, el divorcio o separación, el distanciamiento de personas que amamos, problemas económicos muy serios, problemas de conducta de nuestros hijos, desilusión, traición etc. Muchas veces se combinan más de uno de ellos y es donde sentimos que nuestras fuerzas se terminan.
También he visto, como pueblos enteros, devastados por estas catástrofes, aún después de haber perdido familias y todo lo que tenían, y aún con algunas secuelas físicas, se han puesto de pie nuevamente.
Es increíble a veces, la capacidad enorme de superación que tiene el hombre.
Pero, casi siempre, no es algo que se logre sin ayuda, sin fe, sin esperanza y solidaridad.
Cuando se vive una catástrofe ya sea personal o de la naturaleza o a causa de la intervención equivocada del hombre, se sale a flote, con FE en Dios o en algo superior a nosotros, con FE en nosotros mismos y nuestra capacidad, con ESPERANZA en que todo va a mejorar, y con la SOLIDARIDAD, amor, apoyo y unión de los demás.
Espero poder contar siempre con esas herramientas en mi vida para poder vencer, y a la vez, ser una de ellas en la vida de quienes libran sus batallas día a día.



lunes, 19 de octubre de 2015

De mi libro "Mi encuentro con los sentidos"

..."No es mucho lo que puedo ofrecer a los demás salvo una parte de mi misma, no puedo solucionar todos sus problemas, no puedo sanar a nadie...solo puedo darles la mano para ayudarlos y acompañarlos a entrar en ese mundo desconocido y temido que es su interior. Los llevo de la mano, los acompaño, los espero y luego los dejo que transiten a su tiempo, a su modo ese camino y que ellos decidan cuándo ya no necesitan más de mi..."

Cuando transitamos este camino de las terapias holísticas, en donde tenemos en cuenta a la persona como un todo, nos damos cuenta de que lo que en verdad necesitan ellos para recuperar su salud plena, es un abordaje desde su interior.
Su cuerpo expresa de muchas maneras una necesidad cuyo origen es emocional, mental o espiritual, y al no haber sido reconocida a tiempo, esta necesidad se expresa por medio de síntomas, y enfermedades.
¿Por qué sucede esto? porque no es común que nos tomemos tiempo para autoconocernos, no es simple, a veces no es agradable, porque nos tenemos que enfrentar con muchos miedos y emociones que preferimos negar, esconder y "encapsular" antes que reconocer, aceptar, enfrentar y atender.
Como ese camino es muy privado e individual, nadie desde afuera puede desentrañar lo que en verdad está sucediendo en nuestro ínterior. Es entonces cuando los que trabajamos con la persona y no con la enfermedad de la persona, ayudamos a que se animen a re-conocerse y re-conectarse con su ser más íntimo. 
La meditación, la respiración consciente, los ejercicios de relajación, el sonido, los aromas...los sentidos, pueden hacer de puente para ese re- encuentro y re- conexión. Son herramientas de acercamiento a las sensaciones, al sentir, y ayudan a dejar de lado por un tiempo los pensamientos preocupantes. Bajamos el ritmo cerebral a un estado alfa, y nos predisponemos a que tanto el corazón, como la presión y el ritmo cardíaco se desaceleren para estar mejor capacitados para resolver nuestros dilemas. 
 Una computadora a la que se le dan muchas órdenes juntas, no trabaja sino que se bloquea, de la misma manera una persona llena de preocupaciones, estrés y ansiedad, no puede menos que bloquearse y desear no saber más nada de su vida. Esta es la importancia de aprender sobre estos temas, experimentarlo, vivirlo y hacerlo un hábito.